20131215

quería despertar entre las 4 y 5 a.m. y que me vieras escondiéndome debajo de las sábanas / quería que vieras que mi rostro no es el de nadie más que mío, porque mis palabras son cortas, monosílabos / porque a mi me quitaron las palabras antes de empezar a tomar pecho / y me dejaron con estas astillas que marcan el camino ascendente / desde nuestros infiernos hasta tus cielos / y yo no tengo más palabras que las que mencionaré a continuación abre comillas
el día en que me encontraron yo era algo así como un espantapájaros / un ruido constante como el de la televisión cuando no puede captar ninguna señal / el sonido de tu celular por la noche y yo iba desvestida / desarmada y triste como si fuese la mirada de la última persona en la fila de la micro y yo no tuve ningún mapa con ninguna cruz en el suelo o en el cuello / yo tenía ganas de que los días nunca fueran como en verano porque te obligan a esperar que alguien llegue / pero nunca llega nadie entre las 4 y las 5 a.m. un domingo / un cigarro en el ombligo y yo que puedo bailarte, puedo saltar de un lado a otro de la pieza de hospital que compartimos un tiempo, puedo llamar al 133 por si te pierdes y empiezo a hablar de presunta desgracia. presunta desgracia la tuya, la que puedo nombrar e invocar, la que me ve escondida con un sombrero que nunca fue mío pero siempre fue tuyo
ahora vuelven esos días en que no hay nada que decir como si fuese siempre la maldición de encontrarse envuelto en papel de plástico, a metros sobre el nivel del mar y con más vértigo que ganas de vivir o de comer


yo vuelvo a tomar la palabra
levanto la mano
balbuceo un nombre
mientras en otros lugares
puedo dibujar el camino
entre la primera letra y la última
más de 12.2 kms
más de 13.3 kms recorridos
de memoria
entre la cueva en la que me escondiste
y la torre que me agurda