si se nos perdió la casa
no hay casa a la cual volver
si se escapa o salta desde el cerro hacia las rocas
no hay escuadra
que pueda comprobar si siguen existiendo
las esquinas que contenían
los gritos
el brazo extraño sobre el hombro conocido
el grito de noche y el balbuceo
la pared aplastando un cuerpo inmaculado
tú cuerpo inmaculado
gritando por última vez
si se nos desintegra la casa
no hay símbolo suficiente
o alegoría que pueda volver
a pegar las molduras
a pegar la alfombra al piso
esa que manchaste al décimo cumpleaños
de ese día en que todas
nos agarramos de las manos
y cortamos los
tendones que nos sostenían
tú fuiste la primera en morder la uña
y tomar las pastillas
es mi turno de golpear paredes
y probar la resistencia
de los materiales de construcción
de la casa que no fuimos